El Gobierno Vasco ha celebrado la primera edición de los galardones Elkarlan, una iniciativa dirigida a reconocer el trabajo de aquellas iniciativas que generan valor público compartido. Los premios buscan también fomentar la participación de los agentes sociales en la búsqueda de nuevas respuestas a las necesidades ciudadanas. En un acto celebrado el 22 de enero en Bilbao, se otorgaron los galardones a tres organizaciones sociales: Wikitoki, Fiare y la Asociación de Vecinos de Ulia.
Wikitoki Elkartea es un laboratorio de prácticas colaborativas situado en el barrio bilbaíno de San Francisco. La iniciativa está formada por 25 personas, unidas por la voluntad de experimentar nuevas maneras de co-crear. “Queremos desarrollar otras formas de organizarnos y de producir, poniendo la vida y los afectos en el centro de esa ecuación”, explicaba en la entrega de premios Maria Arana, una de las socias de Wikitoki, “eso nos lleva a convertirnos en una comunidad de práctica donde aprendemos de nosotras mismas y de otras experiencias, y ese conocimiento que vamos adquiriendo, lo queremos abrir hacia fuera”.
Los galardones destacaron también la labor de la Asociación de apoyo al proyecto Fiare en Euskadi, una cooperativa de crédito que opera según los criterios de la banca ética. Tal y como explicó Periko Pérez-Arrospide, presidente de la Fundación Fiare, “quiere ser una herramienta al servicio de la transformación social a través de la financiación de proyectos de la economía social y solidaria”. La banca cuenta con una red de más de 2.000 personas y organizaciones en Euskadi, y se basa en el principio de “poner la actividad económica al servicio de la persona”, explicaba Periko Pérez-Arrospide.
Por último, los premios Elkarlan galardonaron a la Asociación de Vecinos de Ulia por su proyecto Uliako Lore Baratzak. Esta iniciativa, que lleva 10 meses en funcionamiento, consiste en convertir los antiguos viveros municipales del barrio en un parque público diseñado y gestionado por los vecinos. Por ahora, han desarrollado actividades de educación ambiental para todas las edades, han puesto en valor los depósitos de agua del siglo XIX y han creado el primer huerto ecológico comunitario de la ciudad, disponible para diferentes colectivos. “Queremos ofrecer un punto de encuentro a personas y asociaciones del barrio”, explicaba en la presentación Eider Sanz, de la asociación de vecinos. En primavera tienen previsto realizar las primeras jornadas comunitarias dirigidas a recoger ideas para la planificación del espacio.